Aplicaciones de las macroalgas

Aplicaciones de las macroalgas

Los bosques de macroalgas, también conocido como bosque de algas gigantes, están clasificadas en 3 grupos, los cuales son: algas rojas (Phylum Rhodophyta), algas pardas (Phylum Heterokotophyta) y algas verdes (División Chlorophyta). Estos bosques están conformados por mantos formados por otras algas que pueden cubrir hectáreas. Se pueden encontrar desde pocos metros bajo el mar, hasta los 200 metros de profundidad (dependiendo de las especies) y con alturas en promedio de 30 metros [1].

Representan parte importante de la naturaleza, no solo por ser el hábitat natural y fuente de alimento de diversas especies marinas. También porque las macroalgas pueden absorber cinco veces más carbono que las plantas de la superficie y son organismos de crecimiento acelerado. Se puede producir materia orgánica y energía a partir de algas, además de que conserva la calidad del agua y estabiliza en sustrato marino.

Macroalgas como alimento:

Existe la agricultura marina y en ella se cultivan las algas, las cuales son ricas en vitaminas y proteínas. Según Vinvent Doumeixel (especialista en algas marinas) menciona que, si el 2% del océano fuera cultivado, las proteínas obtenidas podrían alimentar a 12,000 millones de personas. Razón para considerar a las algas como un alimento de uso común, como lo hacen los países asiáticos, entre ellos Japón, China y Corea.

Aunque tiene beneficios para los seres humanos, las algas pueden funcionar como alimento para los animales. Las algas no requieren de suelo firme, agua dulce o fertilizantes, basta con tener luz solar y estar en el mar. Si se optara por las algas en vez del alimento convencional, esto reduciría hasta un 90% la emisión de gas metano del ganado, porque su digestión funcionaría mejor y su sistema inmunológico se fortalecería. Además, evitaría la contaminación del suelo al no usar abono químico.

Macroalgas como combustible:

Los biocombustibles son una alternativa ante los combustibles fósiles, para evitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, las materias primas que se usan para la producción de este combustible (comúnmente maíz y alfalfa), a largo plazo no es sostenible ni económica ni ambientalmente. Debido a que el uso desmedido de los recursos afecta a la biodiversidad y por los cambios en el uso del suelo, genera aún más emisiones de gases contaminantes.

Razón porque que en busca de una mejor alternativa las macroalgas pueden tener un futuro prometedor en las energías renovables. Científicos que trabajan en el proyecto MacroFuels, en 2019 lograron desarrollar un biocombustible de algas que fue probado en un vehículo real, el cual alcanzó velocidades de hasta 80 km/h [2]. Sin embargo, su cultivo a niveles industriales y que continúe siendo sosteniblemente ambiental, resulta ser aun difícil.

Macroalgas para reducir el cambio climático:

Como ya se mencionó el cultivo de las algas es sencillo, no requiere de fertilizantes, agua dulce ni de un suelo, lo que evita la deforestación de campos para cultivos. Al no requerir de productos químicos no contamina el suelo ni el mar, debido a que el exceso de estos termina en el océano.

Acerca de los fertilizantes las algas también funcionan como un abono orgánico, Crouch y Staden demostraron que el concentrado de algas mejoró el crecimiento de plantas de tomate, madurando antes, con frutos más grandes y su cosecha aumento en un 10% [4]. Además, mejoro su resistencia al estrés y plagas. Siendo consideradas por Zaccaro como un complemento o posible suplemento de los fertilizantes químicos, ayudando al medio ambiente [4].

Por otra parte, su uso para la producción de biocombustible establece las bases para desarrollo sostenible en el trasporte. Debido a que los vehículos son parte de un sector que generan demasiado Dióxido de Carbono, reduciendo así el cambio climático.

Crecimiento de la producción de algas:

Las algas tienen diversos usos, como fertilizante natural, remplazo de los plásticos, en la industria alimentaria, cosmética, y farmacéutica. Motivo por el que la investigación de los beneficios de las macroalgas ha crecido, en busca de aprovecharla mejor, pero también ser amigables con el ambiente. Por tal motivo empresas como Kelp Blue invierte en enormes bosques de macroalgas, de hasta 70,000 hectáreas [2], con la finalidad de reducir la cantidad de CO2, al mismo tiempo que mantiene los ecosistemas marinos limpios, proporcionando alimento y refugio a diversas especies.

Referencias:

[1] Biodiversidad Mexicana: Bosques de macroalgas.

[2] Comisión Europea: ¿Las algas marinas son la solución para obtener biocarburantes sostenibles?

[3] United Nations: A deep dive into Zero Hunger: the seaweed revolution

[4] PMC: Algae as promising organisms for environment and health.

 

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